viernes, 4 de febrero de 2011

Crítica de 'SAW VII'



Dirección: Kevin Greutert
Guión: Patrick Melton y Marcus Dunstan

Reparto:
Tobin Bell
Costas Mandylor
Betsy Russell
Sean Patrick Flanery
Cary Elwes
Chester Bennington




Después de siete años de espera llega el final de la saga de terror y suspense ‘SAW’.
Gran cantidad de aficionados a las películas de miedo se quedarán sin su ración anual de la saga de terror que ha logrado el record Guiness como la más rentable de la historia. Y no es de extrañar, teniendo en cuenta lo poco que ha costado hacer cada una de las siete, siendo la última entrega la de mayor presupuesto por motivo de estar rodada en 3D.
A lo que se le añade el factor de que con una entrega por año los aficionados se han mantenido atentos. En cierta ocasión leí en una página web que el periodo ideal para estrenar una secuela no debe ser superior a tres años. Y estoy completamente de acuerdo. Una vez pasado ese tiempo el interés se diluye y no puede aprovechar de ir al arrebufo de una primera entrega. Aunque esto no es una ciencia exacta y el departamento de marketing puede intentar jugar con el tiempo de espera a su favor. Como por ejemplo con una gran campaña basada en la premisa del “por fin”.

En todo caso ‘SAW’ llega a su fin. Aunque por si acaso tampoco vayamos a escribir su epitafio todavía.
La séptima película es sin duda de las más flojas. Sin contar la segunda que es totalmente prescindible.

Uno de los motivos por los que ‘SAW VII’ no está a la altura de las demás es que desde el principio se aprecia su vocación de película orientada al exceso, y esto se aprecia en datos y cifras. La primera trampa de la saga que tiene lugar a plena luz del día en el exterior, la película con más presupuesto de la saga, rodada en 3D, con el mayor número de extras de todas las entregas anteriores y el mayor número de muertes.
Está claro que en principio que se tienda al “más, más, más” no es malo. Todas las películas de terror lo hacen. Pero, a mi parecer, le ha sucedido igual que a ‘Pesadilla en Elm Street’ y toda esta inclinación hacia el exceso ha hecho que ‘SAW VII’ acabe pareciendo una parodia ridícula y sin personalidad. Tal vez con suerte dentro de 26 años se lleve acabo un reinicio de ‘SAW’ que la devuelva a los orígenes como una película de terror que mezclaba con gran habilidad las secuencias de asco con las secuencias de suspense. Todo ello aderezado con unos guiones inteligentes, metafóricamente muy parecidos a un puzzle.

‘SAW VII’ arranca, como normalmente todas las películas de la saga, con una trampa. Personalmente creo que la mejor trampa inicial es la de ‘SAW IV’ por su relevancia con la trama. Habrá gente que le dará más importancia de la que se tiene a la primera trampa de ‘SAW VII’ y seguro que hay debates interesantísimos sobre la relevancia de esa secuencia como metáfora de los espectadores mitad aterrados mitad fascinados, casi como un guiño a los propios espectadores de la película en un sutil juego de metacine. Pero a mí, simplemente me parece una trampa interesante por el dilema al que se enfrentan los sujetos y graciosa por la frase “estamos cortando contigo, Dina”
Un sutil cambio respecto a las otras películas es que en el arranque de ésta hace acto de presencia el Dr. Gordon, en una especie “lo que no vimos” de ‘SAW’.

Acto seguido la película continua justo desde el final de ‘SAW VI’ con el escalofriante grito de Hoffmann, casi clamando venganza contra Jill Tuck. Después se presenta a toda una serie de personajes nuevos, incluido Gibson. Que debería ser un personaje “muy importante” ,como aseguró uno de los productores durante el rodaje; pero no lo es.
Las deficiencias de ‘SAW VII’ afectan a prácticamente toda la película. Sólo se salva el diseño de las trampas, pero que aún así todas siguen la misma premisa de exceso, casi rozando el ridículo, de la primera trampa. Y la música de Charlia Clouser que tanto ha erizado el pelo a los aficionados de la saga desde que las famosas notas iniciales del tema principal de ‘SAW’ empezaran a sonar en la primera película cuando Adam encuentra la grabadora en el bolsillo de Zep.
La fotografía sólo cumple un papel técnico y el director se limita a ponerle imágenes al guión. Tal vez debería haber aprovechado las ideas de Darren-Lynn Bousman y continuar con sus cambios de secuencia en el mismo plano, que si bien podian llegar a resultar confusos, le proporcionaban algo de creatividad.

El guión merece un comentario a parte. Desde que vi ‘Feast 3: Happy Finish’ tuve miedo de lo que Marcus Dunstan y Patrick Melton pudieran hacer con la saga. Y aunque me sentí ampliamente satisfecho con su trabajo en lo que denomino la segunda trilogía de ‘SAW’. Mis temores se han acabado confirmando con ‘SAW VII’.
Para ponernos todos en situación, ‘Feast’ es una comedia de terror sobre unos monstruos antropomórficos que atacan a un grupo de personas encerradas en un bar de carretera. Y aunque ya era, per se, una película con elementos de comedia en las secuelas estos elementos se agravaron. Como los enanos luchadores de lucha libre que tienen penes gigantescos, las moteras lesbianas que luchan en topless contra los monstruos y el atroz final de ‘Feast 3’: Happy Finish’ que, atención spoiler, acaba con la única superviviente de las tres películas aplastada bajo un robot gigante antes de que aparezca en pantalla un mariachi anciano que canta una ranchera en español sobre la trilogía.
Por suerte para todos, no se les fue tanto de las manos el último guión de la saga ‘SAW’, pero casi.

Posiblemente si hubiese esperado menos de la conclusión de ‘SAW’ no me sentiria tan decepcionado. Pero yo esperaba, porque ellos, los productores, me prometieron que habría algo grande al final.Estaba deseando ver en que consistía “realmente el plan de Puzzle”. Cuando lo único que pasa es que es un viejo loco. Y no hay ningún gran plan, sólo lo ya se sabe desde ‘SAW II’ que va a por la gente que desprecia la vida y que se considera un héroe, pero que en realidad no lo es.
Y esa es una de las conclusiones a la que quieren los guionistas que lleguemos. A lo que ayuda en personaje de Simone, a la que vimos (o casi en España) aputarse el brazo en ‘SAW VI’ y que ya en esa entrega no ve el lado positivo de lo que ha tenido que hacer para seguir con vida. Contradiciendo la creencia de Puzzle respecto a la efectividad de su método.
Las otras conclusiones, son la respuesta a ¿ a quién le lleva Jill un paquete a un hospital en ‘SAW VI’? y ¿ quién le deja a Hoffmann el mensaje “ sé quién eres” al final de ‘SAW V’?. Preguntas que comparten respuesta y esa es, atención spoiler, Dr. Gordon.

Lamentablemente los aficionados americanos, porque dudo que los productores y guionistas se pasen a leer foros de otros paises, sentenciaron el final de la saga con sus especulaciones y su afán por tener razón. Que debe ser el mismo que les lleva a ser el país en el que los jugadores de videojuegos usan más trampas. Y hablando de videojuegos, recientemente un miembro de una compañía de videojuegos dijo que si siempre hacen lo que quieren los ficionados, acaban perdiendo la oportunidad de hacer lo que realmente quieren, que no hay que hacer caso a todo lo que dicen todos. O dicho de otro modo, la fábula del padre, el hijo y el burro de ‘El Conde Lucanor’.
Porque, queridos fans americanos de ‘SAW’ el Dr. Gordon no ha sido el mayor complice de Puzzle después de sobrevivir a su trampa. Vosotros le habeis obligado a serlo.
Solamente porque no aparecía en la segunda película ya empezasteis a preguntaros por qué. Y la respuesta era que el actor, Cary Elwes, y la productora estaban enzarzados en un rollo legal. Por lo que no podía aparecer actuando en la película y hubiese sido muy criticado que cambiasen al actor.
Así que película tras película los aficonados esperaban ver al Dr. Gordon y al no verle. Empezaban a tramar y a buscar significados ocultos en cualquier acción, palabra o mirada. Que sí, que en ‘SAW II’ la figura encapuchada que le mete la llave en el ojo a la víctima de la trampa de la Venus atrapamoscas cojea, ¿Y tiene que ser porque se ha cortado un pie? Puzzle se pasa todo ‘SAW II’ cojeando. Pronto los productores se dieron cuenta del interés que despertaba el actor desaparecido. Y juguetearon todo lo que pudieron y más con ese hecho, como la frase promocional "the doctor is in" de 'SAW VI'

Y si productores y guionistas hubiesen sido más avispados, y se hubiesen involucrado más en el desarrollo del videojuego de ‘SAW’ podrían haber metido al Dr. Gordon de cualquier manera, sin necesidad de contar con el actor en absoluto. Y ahorrarnos a todos ese bochornoso final y esos vergonzantes comentarios de la gente de “ya lo sabía”.

Y ese es el principal motivo por el que ‘SAW VII’ es tan floja. Es posible que si la quinta y la sexta parte hubiesen tenido mejor acogida de público y se hubiese realizado la octava entrega como se anunció en un primer momento, todo hubiese sido más solido. Y no me molestaría en absoluto que se anunciara una nueva parte, pese a que tendría que aguantar comentarios jocosos del tipo “ pero la última no era la anterior”, como ya le pasa a ‘Destino Final’ que ya lleva como tres últimas partes.
Acotres y guionistas han hablado mucho sobre la cantidad de ideas que aún tienen para más secuelas. Pero el final de ‘SAW VII’ no da para más. Aquí no hay sobres misteriosos cuyo contenido no se desvela, ni objetos untados de cera de vela, ni cajas dejadas como herencia.Ni nada que de pie a que alguien haga algo que arranque algo.

Y esta última vez que escucharemos “fin del juego” sonará forzada. Como un maestro de ceremonias que cierra el telón cuando en el espectáculo de los acróbatas ya han caído todos y cierra apresuradamente, esperando que nadie se haya dado cuenta de lo mal que lo han hecho.
La decepción quedará presente. Aunque el golpe queda ligeramente amortiguado por haber podido contemplar finalmente como funciona la trampa para osos invertida.

Y por último, por favor, dejad de burlaros del cine de terror por la cantidad de secuelas que se hacen. Que de James Bond ya nos han colado 23, pero al no numerarlas, la gente parece no darse cuenta.