sábado, 27 de septiembre de 2014

Crítica de 'Sin City: Una dama por la que matar'

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Por lo que yo se, soy la única persona que conozco que disfrutó de la primera 'Sin City'. Y aunque me parece que la secuela ha tardado demasiado en llegar, la esperaba con ganas, aunque con la mente abierta. Sin esperar que fuese a ser la mejor película del mundo ni la secuela excelente por antonomasia.
Sólo quería pasar un buen rato, y 'Sin City: Una dama por la que matar' lo consigue aunque no se sabe muy bien si voluntariamente o por accidente.
 
El mayor problema de esta secuela es que tiene muchos problemas. El primero de ellos es que el aspecto visual ahora resulta anticuado, incluso sobreexplotado a pesar de que no se haya usado tanto. También existen toda una serie de problemas con el tiempo que ha transcurrido entre ambas películas, los actores han envejecido (o muerto) y Mickey Rourke caracterizado como Marv,no parece el personaje del cómic. Sino alguien disfrazado de Mickey Rourke haciendo de Marv utilizando para ello una cartera del todo a 100.
 
Otro problema, aunque este viene por parte del cómic. Es que vuelve a aparecer Bruce Willis interpretando a Hartigan, igual que en la primera película. Aunque al final de aquella moría. Y no estoy desvelando nada relevante porque el nombre de Bruce Willis está bien visible en todos los carteles de la película. Así que como habréis deducido, Hartigan es aquí un fantasma. Y Bruce Willis interpretando a un fantasma, a estas alturas de la historia del cine y de la cultura popular, resulta muy, muy gracioso. Por lo de "en ocasiones veo muertos" y eso.
 
En resumen, todos los problemas de la película radican en que ha quedado un poco obsoleta. La narración en off con ese tono poético tan pedante ya se ha parodiado mucho como para que nadie se lo pueda tomar en serio.
En definitiva, creo que todos estos problemas vienen de la fuente. El cómic, que utiliza un estilo muy cinematográfico que al ser "traducido" a lenguaje audiovisual, pierde todo el sentido. Es como pasar muchas veces una frase por el traductor de google traduciéndola indiscriminadamente de un idioma a otro. Aunque en el fondo ese es el problema de toda adaptación de un medio a otro, siempre se escapa y se pierde algo en la traducción.
 
Con todo esto parece irónico que al principio haya dicho que la película es entretenida. Pero sorprendentemente lo es. Entiendo que hay gente que puede que cosas que  mí me han sacado de la narración a ellos les favorezcan para la inmersión en la historia. Pero para dejar ya de un lado los problemas y empezar a hablar de los aciertos, los enumero todos y acabamos antes.
 
  1. Los diálogos resultan forzados y dan como resultado unas interpretaciones de teatro amateur.
  2. El segmento, nunca antes publicado, interpretado por Joseph Gordon-Levitt, se nota que es material nuevo, porque intenta con demasiado esfuerzo ser una historia que transcurre en el universo de Sin City.
  3. Hay más estereotipos de cine negro que en la primera película, incluyendo la femme-fatale. Pero en este caso es demasiado femme y fatale en exceso.
  4. Conformen van concluyendo las líneas argumentales que se van abriendo durante la película. Nos queda media hora de conclusión de la última de las historias que bien podrían haberlo dejado en la sala de montaje. Porque resulta lento y aburrido y es un parón demasiado abrupto para lo que había sido el tempo narrativo hasta ese punto. 
Y aún con todo esto, la película es buena. Yo la volvería a ver.
Porque tiene algunos planos que podrían colgarse en un museo.
En ocasiones los ojos del personaje interpretado por Eva Green se vuelven de un verde casi cegador, y no es por puro alarde estético tiene una justificación con el arco de ese personaje que a mí me pareció gratamente interesante.
Planos como este.
 
 
 En definitiva, 'Sin City: Una dama por la que matar' es una película con muchos fallos y pero con suficientes aciertos como para hacerla, como mínimo, entretenida.
La historia principal, más de negra que el café solo, tiene suficientes elementos y giros argumentales (aunque algunos son más "bfff" que "mmmm") para mantener la atención del espectador.
 
Puntuación 5/10.
 
Material de museo