Música: Ennio Morricone
Fotografía: Robert Richardson
Interpretes:
Samuel L. Jackson ... Major Marquis Warren
Kurt Russell ... John Ruth
Jennifer Jason Leigh ... Daisy Domergue
Walton Goggins ... Sheriff Chris Mannix
Demián Bichir ... Bob
Tim Roth ... Oswaldo Mobray
Michael Madsen ... Joe Gage
Bruce Dern ... General Sandy Smithers
James Parks ... O.B Jackson
Sinopsis: Los cazarrecompensas, Marquis Warren y John Ruth (Samuel L. Jackson y Kurt Russell) comparten carruaje, junto a la condenada a muerte Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) rumbo a la ciudad de Red Rock, a mitad de camino recogen también al nuevo sheriff de Red Rock. Debido a una fuerte tormenta se ven obligados a detenerse en La mercería de Minnie, donde unos hombres también se resguardan del frio y la nieve.
Antes de empezar y para despejar toda duda, a pesar de que dije que nunca escribiría una crítica de una película que considerase de 0, esta es una película de 0. Ya que la palabra odio figura en el título de la misa, digamos que la odio. Aunque eso es quedarse corto.
Por otro lado, y contrario a la opinión pública, opino que el título en España no es tan malo como algunos "intelectuales" intentan hacer creer. Es la octava película, ocho películas con personajes que odian algo o alguien. Películas, todas, que se regocijan en el odio. Es una fiesta privada y aunque estamos todos invitados para ser espectadores, en el fondo somos prescindibles como diría John Rambo. La otra opción para el título, más coherente con la traducción literal del inglés hubiese sido 'Los ocho llenos de odio" pero es demasiado largo y susceptible a bromas estúpidas.
La película se divide en capítulos, intentando implantar un nuevo leit motiv en su filmografía. A algunos les gustará, pero no deja de ser un recurso barato y poco imaginativo.
A los 10 minutos de película ya se nota que algo huele a rancio. Con ese anti cine, tan característico de Tarantino. La ley de oro de Hollywood es que en los 15 primeros minutos tiene que ocurrir algún evento que capte tu atención para seguir mirando. Aquí, lo único que ocurre en ese primer cuarto de hora (y en el siguiente, y el siguiente y el siguiente.....) es gente hablando de cosas que carecen totalmente de importancia. Utiliza en exceso esa especie de "retruécano tarantiniano" de repetir la misma sucesión de palabras por dos o más personajes diferentes, con largas pausas y una interpretación comedida que no pega en un western, por mucho que se intente.
omo ya pasó en 'Django
De nuevo, como en la película anterior, parece que todo esté concebido como una excusa para utilizar la palabra "nigger" infinidad de veces (¿Qué será lo siguiente una con enanos, para explotar el uso del termino " midget"?)
Continuando con el guión, hay varios trazos aquí y allí de lo que imagino que deberían ser chistes, pero que no llegan a cuajar. Y rizando el rizo del auto homenaje y de la meta referencia, hay varias y molestas similitudes entre 'Los odiosos ocho' y 'Reservoir Dogs'. Pocos personajes, pocos decorados y un "mcguffin" como hilo conductor de la narración.
Al hablar de la fotografía, los aficionados a los formatos cinematográficos obsoletos se pondrían a hacer palmas cuando se anunció que la película estaba rodada en 70mm. Pero para los meros mortales eso no significa nada, no se a quien pretendían engañar. Ese formato puede estar muy bien, si hay grandes paisajes que mostrar. Pero, dado que la nieve tiene un gran peso en la película, ver grandes planos de blancura total. Y en un interior relativamente pequeño, que parece un restaurante temático, está desaprovechado. Y el único plano que tiene interés dentro del western ocurre a la hora de película, demasiado tarde.
Dado que los personajes son bastante estúpidos, ya que no aportan nada individualmente, las interpretaciones tampoco están a la altura. Ni Samuel L. Jackson, ni Kurt Russel han sido nunca grandes actores. Pero el sumun del ridículo lo hace Tim Roth interpretando a un inglés, imitando el maniqueísmo de Crhistoph Waltz . Resulta patético.
Lo único que logra, es crear un ambiente tenso, puede que sea un efecto secundario de rabia producida por aburrimiento extremo. Pero tanto oír hablar a gente que no parecen fiarse unos de otros crea una atmosfera interesante. Aunque se prolonga demasiado y acaba resultando extenuante y repetitivo. Y en ningún momento llega a tener una resolución satisfactoria.
En el cuarto capítulo de la película aparece, sin ningún sentido, un narrador que resume lo que se acaba de ver y orienta al espectador con nuevos detalles respecto a la escena anterior. Es un recurso ancestral y muy poco efectivo, que solamente consigue demostrar que Tarantino no sabe ni escribir ni contar historias.
En otra escena, entiendo que pretende construir suspense, con algo relacionado con una cafetera, en una línea muy clásica y Hitckconiana de suspense (el espectador sabe, que un personaje sabe que algo malo está apunto de suceder y que los otros no lo saben). Para empeorar las cosas, la historia cambia de registro y se transforma en un aspirante a obra de teatro de Agatha Crhistie.
La música de Ennio Morricone tampoco destaca en ningún momento. No hay que olvidar que, por muy reputado que sea, sus composiciones musicales siempre han rozado el esperpento más que la seriedad musical que se espera de los grandes. La única canción que destaca es un tema folk compuesto para la opera prima de Wes Craven 'La última casa a la izquierda', que por las obvias diferencias de género ,no hay manera de que encaje aquí.
Por último, un pequeño fallo de montaje, un horrible uso de la cámara lenta, que haría que Sam Peckinpah se muriera de vergüenza, y una fotografía muy simplona y que abusa de trucos de cámara caducados. No hay protagonista, no hay argumento no hay nada.
En tres palabras: aburrida, insulsa y ridícula. Hablando de lo cual, si este año tenéis que ver un western cuyo título tenga un adjetivo y un número, pasad por alto 'The hateful 8' y disfrutad plácidamente de 'The Ridiculous 6'
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