viernes, 19 de junio de 2009

Crítica de 'El Séptimo Sello'


Título Original: Det sjunde inseglet
Año: 1957
Duración: 96 min.
País: Suecia
Director: Ingmar Bergman
Guión: Ingmar Bergman
Música: Erik Nordgren
Fotografía: Gunnar Fischer (B&W)
Reparto: Max von Sydow, Gunnar Björnstrand, Nils Poppe, Bibi Andersson, Bengt Ekerot, Gunnel Lindblom, Maud Hansson, Ake Fridell

En ‘El Séptimo Sello’ Bergman muestra y hace palpables los leit motiv de su filmografía como la angustia, el pesimismo, la búsqueda de identidad y la búsqueda de Dios en esta fábula pesimista sobre el existencialismo.

Pero esta obra de Bergman no sólo es importante en el fondo sino también en la forma. A grandes rasgos ‘El Séptimo Sello’ es una road movie ambientada en la época medieval, en la que se narran dos trayectos, un traslado físico huyendo de la Peste Negra, y un viaje interno y espiritual del caballero en su búsqueda de Dios.

A pesar del pesimismo reinante en el cine de Bergman, en esta película se ve un pequeño atisbo de esperanza. Ni Dios ni el demonio se presentan ante el caballero pero la muerte y el macabro baile con el que finaliza la película establecen que, tal vez, en la muerte se encuentren las respuestas.
Asimismo el hijo de los comediantes, que vive en su ingenuidad aislado de todas las maldades que asolan al mundo. Se puede interpretar como un símbolo de que el ignorante es más feliz.

También se puede contemplar cierto paralelismo entre la representación teatral y la comitiva de los enfermos por la Peste Negra que se fustigan ante Dios para curarse. Como si ambas cosas fuesen lo mismo, un espectáculo o una siniestra chanza circense para deleite de Dios.
En la película también aparece, casi como una profecía, una secuencia que recuerda a los slasher Films tan en boga en la década de 1980, cuando la muerte corta el árbol sobre el que está el comediante que se había fugado con la esposa del herrero.

Por otro lado, se pueden ver influencias de la película de Bergman en la película francesa ‘Martyrs’. En ese ímpetu, motivado por el silencio de Dios, de buscar una respuesta al sentido de la vida y qué hay tras la muerte. Aunque el dolor metafísico se convierte en dolor carnal en la película de Pascal Laugier.

En resumen, con esta película Bergman creó una obra cinematográfica de gran trascendencia que ha influido enormemente a todos aquellos que se han aventurado a verla. Dramática e irónica a ratos, ‘El Séptimo Sello’, lejos de haberse quedado anticuada, es una película muy en sintonía con el pesimismo postmoderno que envuelve en la actualidad a todas las representaciones artísticas y por extensión, al ser humano.

Comentario y crítica de ‘Que verde era mi valle’


Aunque muchos estudiosos del cine siempre han dicho que valorar el aspecto estético por encima de la historia de una película es un signo inequívoco de que se trata de un mal guión, voy a empezar remarcando lo bien que le sienta a esta película estar rodada en blanco y negro. De este modo se enfatiza lo que dice la voz en off del narrador, de que su valle se ha convertido en un lugar apagado por culpa del carbón de la mina.
En cierto modo, se puede decir que la fotografía acompaña a la historia que comienza de manera optimista y poco a poco va sumiendo a la familia protagonista en la tragedia, al ritmo que la mina de carbón consume, en todos los sentidos, la vida de los trabajadores.

Uno de los pilares sobre el que se asienta la película es el conflicto generacional entre padre conservador e hijos liberales. Y de cómo el conflicto ideológico acaba dividiendo a la familia. Que vuelve a parecer unida al final de la película en una especie de flashback melancólico de lo que era y nunca más volverá a ser.

Por lo que respecta al guión es una historia sólida e interesante donde no importa el final, ya que el narrador al principio anuncia que todo el valle está en decadencia, sino cómo se llega hasta ese final. Tal vez se eche en falta ver al narrador físicamente ya como adulto y saber con seguridad que ha sido de él. Ya que lo único que le retenía en el valle era no decepcionar a su padre, como se puede apreciar en la escena de la discusión durante la comida, cuando Huw mira fijamente a su padre para hacerle saber que está ahí, que sigue a su lado.
La melancolía es el principal factor que predomina en toda la película principalmente en el final y que también está presente en el título como un lamento rememorando un pasado más feliz y luminoso, aunque paradójicamente el espectador sólo conoce un valle gris, monocromo donde reina la tristeza y el pesar.



‘Fargo’ – 1996 - EEUU

Ficha Técnica
Director: Joel Coen
Guionistas: Ethan y Joel Coen (bajo el pseudónimo de Roderick Jaynes)
Música: Carter Burwell

Ficha Artística
William H. Macy--- Jerry Lundegaard
Peter Stormare---Gaear Grimsrud
Kristin Rudrüd ... Jean Lundegaard
Frances McDormand---Marge Gunderson
Steve Buscemi ---Carl Showalter


Sinopsis
Jerry Lundegaard atraviesa un bache económico. Para superarlo contratará a dos delincuentes para que secuestren a su mujer y logar que el padre de ella pague el rescate. Lo que Jerry no podía imaginar es que el plan saldría mal desde un primer momento.

Crítica
El sexto largometraje de los Coen continuaba con su tradición de películas que mezclaban géneros. Como pueden ser ‘Arizona Baby’: Una comedia y“road movie” de aventuras o ‘Muerte entre las flores’ Una película de acción y una de gangsters. ‘Fargo’ es su comedia negra de suspense y, como es de esperar, contiene varios de los elementos que consiguieron que los Coen recibieran el estatus de directores de culto, diálogos absurdos, comedia negra, acción y violencia.

Los Hermanos Coen son esa clase de directores que siempre dan que hablar con sus películas y todo el mundo, aún sin saberlo, ha visto alguna película suya. Incluso la única película de la que sólo escribieron el guión, ‘Ola de Crímenes, Ola de Risas’ (‘Crimewave’) dirigida por Sam Raimi es claramente una película “Made In Coen”: personajes excéntricos y tranquilos al mismo tiempo, situaciones inverosímiles y violencia, mucha violencia.
Sólo hay dos aspectos destacables de este filme, la fotografía y la música. Y cuando una película destaca por “cómo se ve” y no por “lo qué cuenta” es que se trata de una película francamente mala.

Las imágenes de la película son poderosas debido a esas filmaciones en exteriores en lugares completamente nevados. Lo que da una sensación de ingravidez, que agobian y crean incomodidad en el espectador sensación que estaría muy bien de si no fuese porque no lleva a ningún sitio. En este aspecto también destacan los contrastes entre exteriores, muy claros, limpios e iluminados, frente a los interiores, oscuros y siniestros como reflejando los planes oscuros que se traman detrás de puertas cerradas. Aunque, paradójicamente, la mayoría de actos horribles que ocurren en la película, los tres asesinatos en la carretera, el tiroteo durante la entrega del dinero del rescate etc. Ocurren en el exterior.

La banda sonora, por su parte, crea una atmósfera hipnótica con melodías suaves que contradicen el tono irónico que está presente en todo el filme, como si el único que se hubiese tomado en serio el guión fuese el compositor. Aunque también es cierto que la música sirve únicamente como acompañamiento secundario y no tiene entidad propia que haga que se la pueda relacionar con la película. Dicho de otro modo, la banda sonora podría pertenecer a cualquier película de suspense.

El guión, lo más alabado por críticos de todo el mundo y ganador de un Oscar, no destaca por ser novedoso, ni lo pretende. Lo que más llama la atención de este apartado son los diálogos rápidos, dinámicos y graciosos en ocasiones. Pero hacia la mitad de la película son como el amigo pesado que no para de hacer chistes y ante tantas frases absurdas juntas el espectador no puede más que desconectar y desear con toda su alma que la película termine. La trama de la película no consigue en ningún momento que el espectador pase del grado de voyeur accidental de lo que se cuenta en la película. Por un sencillo motivo: los enrevesados diálogos que no dicen nada, conversaciones de cosas cotidianas muy en la línea de Tarantino que se vuelven en un mero anecdotario de frases hechas. El espectador no se puede ver inmerso en la historia porque los personajes son tan excéntricos que resulta imposible identificarse con ellos.

Ejemplo de guión simple que explota al máximo todos sus valores (secuencias muy violentas, litros de sangre y los anteriormente mencionados diálogos) sin que el resultado final pase de lo anecdótico. La historia de un plan trazado con prisas que acaba de manera catastrófica para todos los implicados. ‘Fargo’ es, en definitiva, un cuento macabro de hadas en donde todos los personajes reciben su dosis de decepción respecto a qué esperar, al igual que ocurre con el pobre espectador que se vea expuesto a semejante bodrio.
Con películas como ‘Fargo’ y ‘Muerte entre las flores’ es difícil saber porque se ha creado un culto alrededor de los Hermanos Coen y, más inverosímil aún, por qué cada nueva película que dirigen crea tanta expectación.
En definitiva, ‘Fargo’ es una película simple, vacía y que no aporta nada al mundo del cine. Si hubiese que elegir entre una película que mezclase suspense, violencia y humor negro ganaría mil veces ‘Cabin Fever’ que este soberbio muermazo de los Coen. Una película mala, lenta y que agota al espectador por la expectación que se crea con algunos diálogos que auguran una historia trepidante en algo que acaba siendo recordado como una mala pesadilla. Sinceramente Señores Coen, para hacer películas así podrían dedicarse a otra cosa.

Crítica de 'Harold y Maude'




‘Harold y Maude’ – 1971 – EEUU

Ficha Técnica
Dirección: Hal Ashby
Guión: Colin Higgins
Fotografía: John Alonzo
Música: Cat Stevens

Ficha Artística
Ruth Gordon---Maude
Bud Cort---Harold Parker Chasen
Vivian Pickles---Mrs. Chasen
Charles Tyner--- Victor Ball

Sinopsis
Harold es un joven de familia acomodada que vive con su madre. Dedica su tiempo libre fingiendo diferentes formas de suicidio y acudiendo a entierros de gente que no conoce. En uno de los funerales conoce a Maude una anciana acorde con los valores liberales de la época que ve la muerte como algo cercano e irreversible. Harold y Maude entablarán una amistad al borde de la muerte.

Crítica

Harold y Maude es una película dirigida por Hal Ashby en 1971. El filme es una mezcla de comedia negra, slapstick y drama existencialista, lo cual le ha aportado la categoría de película de culto. La película está en el puesto 45 de la lista de las 100 películas más graciosas de la historia según el Instituto Americano de Cinematografía.

Hal Ashby formó parte del movimiento cultural de San Francisco en la década de 1960 y su película muestra el contraste entre dos generaciones diferente. Harold, El joven alienado ,frustrado por la guerra de Vietnam e hipnotizado por los cambios que supusieron las diferentes revoluciones (sexual, cultural etc…) frente al optimismo de la anciana Maude que vivió los horrores de la 2ª Guerra Mundial. El trágico pasado de Maude se revela en un breve fotograma en el que se muestra su brazo tatuado con el número de identidad como prisionera de un campo de concentración.

Harold es parte de una sociedad en la cual él, como joven, no tiene entidad y siente que su vida no tiene sentido. Con esta crisis de identidad como telón de fondo se representan dos formas diferentes de ver la sociedad; la forma en que Harold y Maude viven el día a día ambos personajes marcados por la guerra pero sin que eso afecte a su día a día.

Con todos estos datos como introducción, no se puede decir nada más salvo que ‘Harold y Maude’ es una película fabulosa. Una de esas películas que lo que se cuenta está por encima de efectismos visuales que no llevan a ningún lado.
La historia de este filme es tan clásica que en teoría, podría resultar aburrida. Pero el tempo de la narración es perfecto y lo que podría ser un simple homenaje a Romeo y Julieta se convierte en algo completamente nuevo, una mezcla de personajes histriónicos y situaciones inverosímiles con grandes dosis de ingenio y mucha, mucha ironía.

Posiblemente la película con un mensaje de no a la guerra más metafórico y claro al mismo tiempo. En ningún momento se dice nada de la guerra, ni de las barbaridades que el ejército americano hizo en Vietnam, de hecho el único dialogo referente a la guerra es entre Harold y su tío el militar respecto a la bien que se lo pasa uno matando soldados enemigos en el frente. Pero ese discurso antibelicoso está presente en todo el filme, el propio tío de Harold es un tullido de guerra. Aunque la película trata la guerra como algo frío, no es del todo pesimista. Maude es una flor consciente de que pronto se marchitará pero que no por eso debe estar triste, habla del pasado sin miedo, aunque sin mencionar de manera explícita su pasado en Europa durante la guerra.

Gran peso de la calidad de la película recae en las interpretaciones de Ruth Gordon y Bud Cort. Éste último interpretando a Harold puede resultar un poco estático e inexpresivo, pero es perfecto para interpretar a un personaje tan sombrío como Harold. La madre de Harold interpretada por Vivian Pickles es un personaje que ha vivido las consecuencias de la 2ª Guerra Mundial y vive de lejos el conflicto de Vietnam debido a su estatus social, por lo tanto todo cuanto le rodea, incluido las locuras de su hijo, le dan completamente igual. Y Ruth Gordon hace que Maude se convierta en un personaje entrañable que pasa de la tranquilidad a la más absoluta locura en cuestión de segundos

Si hubiese que destacar una única secuencia en todo el filme, sería sin duda cuando el tío militar de Harold, su psicólogo y el cura de la iglesia le reprochan su relación con Maude. En una sucesión de discursos en primeros planos desde la vista subjetiva de Harold se ve a los representantes de esos tres ámbitos, ejercito,psicología y religión, con un cuadro al fondo de alguien importante o influyende dentro de esas categorías. El presidente Nixon mira acusadoramente a Harold, Sigmund Freud desaprueba desde su retrato en la pared el comportamiento de Harold, mientras que en la última sala el retrato del Papa Pablo VI parece contradecir la arenga del cura bendiciendo la decisión de Harold.

Mención aparte merece la fabulosa música compuesta e interpretada por Cat Stevens. Cada una de las canciones que acompañas al filme sirven para subrayar los sentimientos de los personajes y recalcar las sensaciones que están experimentando sin que por eso las canciones resulten redundantes sino que son tan necesarias como un narrador.

Concluyendo, ‘Harold y Maude’ es una muestra de un guión sencillo explotado al máximo por medio de recursos muy inteligentes como la puesta en escena, la interpretación y la música con un mensaje muy sencillo e imperecedero que ensalza el amor más allá de las guerras, la muerte y el hastío de la era moderna.

Como nota curiosa resaltar que la película sirvió para acuñar el termino “Haroldinsmo” que se utiliza para describir la actividad de visitar cementerios por diversión.

Crítica de 'Atraco Perfecto'





Crítica de ‘Atraco Perfecto’ (‘The Killing’ – 1956 – EEUU)


Ficha Técnica
Dirección: Stanley Kubrick
Guión: Stanley Kubrick y Jim Thompson
Producción: James Harris y Stanley Kubrick
Fotografía: Lucien Ballard
Música: Gerald Fried
Montaje: Betty Steinberg

Ficha Artística
Sterling Hayden----Johnny Clay
Coleen Gray----Fay
Vince Edwards----Val Cannon
Elisha Cook Jr.----George Peatty
Marie Windsor----Sherry Peatty
Ted de Corsia----Randy Kennan
Joe Sawyer----Mike O'Reilly
Kola Kwariani----Maurice Oboukhoff

Sinopsis
Johnny Clay es un ladrón de guante blanco que ha salido de prisión después de cumplir condena. Ahora centra todos sus esfuerzos en un último golpe en un hipódromo antes de retirarse. Para ello contará con la ayuda de ladrones no profesionales.

Crítica
‘Atraco Perfecto’ fue el segundo largometraje de cine negro dirigido por Kubrick después de ‘El Beso del Asesino’. La película se enmarca dentro de la etapa londinense del director junto con ‘Senderos de Gloria’, ‘Espartaco’ y ‘Lolita’.
El filme se basa en la novela de Lionel White ‘Clean Break’. Varias de las obras de White han sido adaptadas al cine de entre las que destaca ‘Pierrot el loco’ de Jean-Luc Godard. Lionel White también aparece como agradecimiento en los títulos de crédito de ‘Reservoir Dogs’ dirigida por Quentin Tarantino que guarda cierta similitud en la estructura argumental con ‘Atraco Perfecto’.
Lo más destacable de la película es su peculiar narrativa. Más allá de la historia de un atraco a un hipódromo ‘Atraco Perfecto’ es una película de personajes. El espectador conoce los motivos que han llevado a cada uno de los integrantes de la banda a querer cometer ese atraco, el policía endeudado con un gangster, el marido que cuida de su esposa enferma y el títere de una mujer enferma, pero en el sentido más retorcido de la palabra ,y enamorada del dinero que conseguirá con el atraco.

El espectador siente a la vez simpatía y compasión por estos delincuentes. Sus problemas son algo que no le resulta extraño al espectador y en el fondo se espera que consigan el dinero que les facilitará la vida. Pero por otro lado en el fondo no son más que un puñado de rateros que quieren conseguir lo que buscan sin importarles quien caiga por el camino, ni el caballo, ni el luchador ruso ni el tirador son imprescindibles en su elaborado plan.
Al empezar la película las imágenes son acompañadas por una voz en off que describe el lugar y la hora exacta en la que está transcurriendo esa acción. En un primer instante la locución del narrador parece innecesaria, pero se vuelve una pieza fundamental en la narración a lo largo de la película. Bill Krohn, crítico de Cahiers du Cinema, considera que la voz en off de la película se contradice y resulta “demasiado obsesiva al permitirse una precisión insignificante sobre el tiempo”. Según Bill Krohn esto se debe a que Kubrick quiere parodiar de manera sutil la utilización de la voz en off como elemento narrativo.
Kubrick hace un uso muy acertado del montaje presentando acciones paralelas una detrás de otra que ocurren en distintos lugares al mismo tiempo. Es una técnica de montaje que en la actualidad está muy desgastada pero que siempre sorprende ya sea en el interesante remake de ‘La Cuadrilla de los Once’ ,‘Ocean’s Eleven’ o en la lamentable excusa para hacer una película violenta ‘Reservoir Dogs’.

Kubrick juega con el tiempo a su antojo ralentizándolo, acelerándolo y parándolo por completo para estructurar a la perfección su relato. Y ¿cómo hace todos esos malabarismos con el tiempo sin marear al espectador? Pues mediante el inteligente uso de la misma escena cada vez que quiere trasportar al espectador a un momento concreto de la historia. Kubrick no teme resultar simple ni redundante con el uso de la escena de los caballos de carreras colocándose en la línea de salida. Así ayuda al espectador a situarse en el momento antes de empezar la carrera en la que todas las piezas, encajadas por el exconvicto Johnny Clay, deben cumplir su función para que tenga lugar el atraco perfecto.


En este aspecto no se escatiman recursos para asegurarse de que todo aquel que vea la película sepa que está ocurriendo, al antes mencionado truco de repetir escenas se suma la voz del comentarista de las carreras que puede oírse de fondo diciendo lo mismo en dos lugares diferentes antes de que la primera ficha de dominó caiga y empiece el espectáculo.
Stanley Kubrick consiguió con ‘Atraco Perfecto’ construir una historia, no sobre un atraco, sino sobre personas que cometen un atraco. Es un juego cinematográfico, idea que se ve reforzada con las constantes referencias al juego del ajedrez que aparecen a lo largo de la película.

Johnny Clay busca al luchador Maurice en un club de ajedrez en dónde está dando consejos a un jugador sobre cómo debería haber movido ficha para hacer un jaque mate. Johnny es en el fondo un jugador que mueve las fichas a su antojo después de haber trazado una estrategia y ya conociendo el tablero de juego, para poder ganar la partida.
En este sentido la secuencia de presentación de Maurice, un peón en el juego de Johnny, en el local de ajedrez no está puesta arbitrariamente, hay que tener en cuenta que Maurice podría haber estado en cualquier sitio y de hecho, debido a su aspecto, presentarlo en un gimnasio o en un combate de boxeo hubiese servido para que el espectador conociese más cosas sobre este personaje. Pero es que no es un simple bruto sin cerebro, es aficionado al ajedrez, y conoce varias estrategias para poder llegar al rey con el mínimo esfuerzo.
Al final, cuando Johnny cree que la partida ha terminado, un desafortunado y estúpido accidente (ocasionado por la impaciencia, las prisas y un perro maleducado) hace que pierda la partida y que no vaya a volver a jugar en mucho tiempo. Y que remite al consejo que Maurice da al jugador en el salón de ajedrez “has movido mal, debiste mover el caballo”.

Uno de esos finales que son todo lo opuesto al final feliz que unos años más tarde volvió a hacer aparición en una película de atracos en ‘La Cuadrilla de los Once’ dirigida por Lewis Milestone en 1960. En dónde la banda de atracadores de casinos veía arder el dinero que habían robado en el interior de un cadáver que pensaba que sería enterrado y no incinerado.

En definitva ‘Atraco Perfecto’ es una película sobresaliente. Una historia fascinante muy bien contada, acompañada de un montaje que se ha convertido en el paradigma de las películas de atracos y un filme en definitiva, que anticipó lo que sería la brillante carrera como director de Stanley Kubrick, famoso por su minuciosidad y el cuidado con el que trataba todos y cada uno de los planos de las películas que dirigía

Crítica de 'Horizontes de Grandeza'

 ‘Horizontes de Grandeza’ – ‘The Big Country’ - 1958 – EEUU

Ficha Técnica
Dirección: William Wyler
Guión: James R. Webb y Robert Wilde (basado en la novela de Donald Hamilton
Fotografía: Franz F. Planer
Música: Jerome Moross


Ficha Artística
Gregory Peck---James McKay
Jean Simmons---Julie Maragon
Carroll Baker---Patricia Terrill
Charlton Heston---Steve Leech
Burl Ives---Rufus Hannassey
Charles Bickford--- Henry Terrill

Sinópsis
James McKay, un capitán de barco, se traslada al oeste para conocer al padre de su prometida. Una vez allí se verá involucrado en medio de una guerra territorial y familiar entre los Terril y los Hannassey.

Crítica
William Wyler consiguió con ‘Horizontes de Grandeza’, construir un texto cinematográfico enmarcado dentro del western pero que no debe ser considerado una simple película del oeste.
Esta película contiene parte del imaginario colectivo creado en torno al oeste americano: Duelos, disputas territoriales y el arquetipo del forastero. Pero la historia está tratada de tal manera que cualquier aficionado al género verá en ‘Horizontes de Grandeza’ algo que no ha visto en ninguna otra película.
Todo empieza como un cuento de hadas con McKay llegando al pueblo en el cual va a pasar su vida con su prometida, Patricia, el padre de ésta y los acres de terreno de la familia Terril. Pero los conflictos no tardan en llegar, Steve Leech, antiguo enamorado de Patricia Terril, verá en el forastero un enemigo a batir si quiere conseguir las tierras y el corazón de Patricia.

Lo que destaca de este filme no es lo que cuenta, que hasta cierto punto es muy tradicional, sino cómo lo cuenta y lo que supone un verdadero punto de inflexión respecto a otras películas del oeste es la personalidad de los personajes y especialmente, la del protagonista James McKay. No es un forastero con ganas de arrasar y ansias de fama y fortuna. Es un sencillo hombre de ciudad con las ideas claras que choca de frente con la brutalidad y las mentes cerradas de sus nuevos vecinos.
‘Horizontes de Grandeza’ más que una película de personajes es una película que explora el carácter y la personalidad de esos personajes. Por un lado están James MacKay y Julie Maragon cuya forma de ver la vida, tranquila, sin tener que demostrar nada a nadie y sin entrar en estúpidas rivalidades entre familias, se opone a una mentalidad clásica basada en el honor y en la ley del más fuerte que comparten los Cerril y Steve Leech en su enfrentamiento con los Hannassey.

La película cuenta con un guión magnifico, que se convierte en el tablero dónde se mueven la fichas en este juego de rivalidades familiares. Una música cautivadora y épica que acompaña perfectamente a la narración y una fotografía capaz de dejar estupefacto a cualquier espectador.
La fotografía es sobresaliente y va más allá del mero retoque digital al que el espectador se ve sometido en el cine contemporáneo. ‘Horizontes de Grandeza’ presenta los paisajes desérticos más hermosos jamás vistos en una película, con perdón tal vez de ‘Centauros del Desierto’. Unas imágenes tan impactantes y cautivadoras que el espectador se olvida de que está viendo una película y se sumerge de lleno en esos espacios. Unas imágenes que consiguen que el tiempo se detenga momentáneamente y el espectador disfrute de esos paisajes como si se tratara de un cuadro ultra-realista. Destaca especialmente la secuencia de la pelea entre James y Steve. Una pelea a la luz de la luna que con unos sencillos contraluces y colocando la cámara muy lejos de la acción subraya la idea de la falta total de honor que hay en esa pelea y augura lo que será el final de la disputa entre familias en dónde nadie gana nada.

En definitiva, un filme que no tiene nada que objetar, aunque quizá resulte un poco larga y con un ritmo lento. Una película del oeste completamente atípica para lo que el espectador medio pueda estar acostumbrado en el género, no hay indios, no hay séptimo de caballería y no hay ladrones de bancos. En dónde ni siquiera hay buenos o malos claramente marcados, es, una película sobre personas de personalidades muy opuestas cuya forma de ver la vida entrechoca en un territorio hostil.